lunes, octubre 08, 2007

Conocimiento

Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, el deseo de ser diferente de lo que eras. Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano. Porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportarlo, éste es el único secreto. Tenemos que soportar nuestro carácter y nuestro temperamento, ya que sus fallos, egoísmos y ansias no los podrán cambiar ni nuestras experiencias ni nuestra comprensión. Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. Tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más difícil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros, por sus cualidades morales o intelectuales. Esto es lo que he aprendido en setenta y cinco años de vida, aquí, en medio de este bosque.
El último encuentro (Sándor Márai)

miércoles, octubre 03, 2007

Adán Buenosayres (II)

"Dos Anjos" Xul Solar

Schultze
(capcioso)

¿Nos habla entonces de una caída en el sentido de “pecado”?


Adán


No. Quiero significar un descenso que la necesidad creadora impone al artista: un descenso sin el cual no seria el un creador, precisamente, sino un contemplador.

Schultze
(Tirandose a fondo)

Pero usted nos hablo recién de alguna correspondencia entre la creación del artífice y la creación divina. ¡Cuidado! ¿Habrá que suponer en Dios una necesidad y un descenso parecidos?

Adán
(Se turba de pronto y vacila)

Dios es el principio inmóvil: ni desciende ni asciende. Es el Omniperfecto: está libre de necesidades. (Inquieto, vuelve a torcer y retorcer la rama.)

Schultze

¿Y entonces?

Pereda
(Imperioso)

Eso es, ¿y entonces?

Ciro

(Exaltado.)

Cristo! Eso digo yo.

Adán
Es una perfección infinita eterna y simple. De toda eternidad se conoce a si mismo y se manifiesta en su Verbo interior, que por ser una entrañable expresión de la divinidad participa de la esencia divina y hace uno con Dios. Y siendo así que ¿qué necesidad podría tener Él de manifestarse luego por las criaturas exteriores?

Schultze

Con todo, se ha manifestado.

Adán

No queda sino admitir un acto libre de su voluntad: creó porque quiso y como quiso. Acto de amor le llaman los teólogos.

Schultze

En cambio el poeta crea por necesidad. ¿No es eso?

Adán

También el suyo es un acto de amor pero no libre.

Schultze


¿Un acto de amor forzoso?

Perea

Bah!

Ciro

Diavolo!

Adán

Yo lo concibo así: Toda criatura que ha recibido alguna perfección debe comunicarla en cierto modo a las criaturas inferiores. Es la económica ley de la caridad. Si yo les explicara el mecanismo del ángel…

Pereda
(Escandalizado)

¡Epa! Solo Shcultze puede hablar de los ángeles.

Ciro

Los ángeles. ¡Peste!

Schultze

(Severo)

¡No es chacota!

Adán

…verían en el ángel dos movimientos distintos uno circular alrededor de la luz eterna para iluminarse a si mismo; y otro descendente, hacia el ángel que le es inferior en jerarquía para comunicarle algo de la luz alcanzada. Como hay tres jerarquías de de ángeles la primera se comunica con la segunda la segunda con la tercera y la tercera con el hombre. Y como también hay jerarquías entre los hombres cada uno recibe y da (o debería dar) en la medida que recibe. Ahora bien el poeta recibe algo en el momento de su inspiración y debe hacer participes de lo recibido a los que nada recibieron El suyo es un acto amoroso pero como las demás criaturas que ofrecen algo el poeta es solo un instrumento del Primer Amor.

Pereda
(esceptico)

¡Hum!¿Y si el poeta solo trabajara por ambición?


Adán

¿Ambición de que? ¡Generalmente cosecha en este mundo mas espinas que flores!

Pereda
Digamos ambición de gloria.

Adán

Tal vez. Dante suele hablar de la gloria que ha de valerle su trabajo. Y lo hace con tanta seriedad, que uno adivina en el no su confianza en algún premio humano sino mas bien su esperanza en algún premio divino.

Pereda

¿Premio a qué?

Adán
(vacila y se vuelve de súbito)

Digamos a su “fidelidad” como imitador del Verbo y como agente del Primer Amor.

Schultze

¿Está seguro de que sea tan grande su fidelidad?

Adán

El verdadero poeta lo sacrifica todo a su vocación. (Dramático.) Oigan bien! Hasta su alma!

Shcultze
(Directo)

¿Usted escribiría si en la tierra no quedara nadie para leerlo?

Pereda

¡Bravo Schultze!

Ciro
Eco! Eco!

Adán
(en el colmo de la exaltación)

Vea Schultze. Imagínese usted a un rosal a punto de abrir una rosa en el instante preciso en que la trompeta del ángel anuncia el fin del mundo. ¿Se detendría el rosal?


Schultze
(Asombrado)
Creo que no.

Adán Buenosayres (Leopoldo Marechal)

martes, septiembre 18, 2007

Love you, hate you

Destino (Salvador Dalí)

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos.


Rosario Castellanos (Destino)

jueves, septiembre 06, 2007

Siesta

La siesta (Vincent Van Gogh)


A las tres nos separamos de ella para acompañar a Neruda a su siesta sagrada. La hizo en nuestra casa, después de unos preparativos solemnes que de algún modo recordaban la ceremonia del té en el Japón. Había que abrir unas ventanas y cerrar otras para que hubiera el grado de calor exacto y una cierta clase de luz en cierta dirección, y un silencio absoluto. Neruda se durmió al instante, y despertó diez minutos después, como los niños, cuando menos pensábamos. Apareció en la sala restaurado y con el monograma de la almohada impreso en la mejilla.

—Soñé con esa mujer que sueña —dijo. Matilde quiso que le contara el sueño.

—Soñé que ella estaba soñando conmigo —dijo él.

—Eso es de Borges —le dije. Él me miró desencantado. —¿Ya está escrito?

—Si no está escrito se va a escribir alguna vez —le dije . Será uno de sus laberintos.

Tan pronto como subió a bordo, a las seis de la tarde, Neruda se despidió de nosotros, se sentó en una mesa apartada, y empezó a escribir versos fluidos con la pluma de tinta verde con que dibujaba flores y peces y pájaros en las dedicatorias de sus libros. A la primera advertencia del buque buscamos a Frau Frida, y al fin la encontramos en la cubierta de turistas cuando ya nos íbamos sin despedirnos. También ella acababa de despertar de la siesta.

—Soñé con el poeta —nos dijo.

Asombrado, le pedí que me contara el sueño.

—Soñé que él estaba soñando conmigo —dijo, y mi cara de asombro la confundió— ¿Qué quieres? A veces, entre tantos sueños, se nos cuela uno que no tiene nada que ver con la vida real.

(Me alquilo para soñar, Gabriel García Márquez)

lunes, septiembre 03, 2007

Devils

(Dragón negro, Ciruelo)
Hell is empty,
And all the devils are here.

The Tempest, 1.2

(El infierno está vacío y todos los demonios están aquí)


viernes, agosto 31, 2007

Sueño

Rooms by the sea (Edward Hopper)


Al separarse uno del otro, Víctor y Augusto, iba diciéndose éste:"Y esta mi vida, ¿es novela, es nívola o qué es? Todo esto que me pasa y que les pasa a los que me rodean, ¿es realidad o es ficción? ¿No es acaso todo esto un sueño de Dios o de quien sea, que se desvanecerá en cuanto El despierte, y por eso le rezamos y elevamos a El cánticos e himnos, para adormecerle, para acunar su sueño? ¿No es acaso la liturgia de todas las religiones un modo de brezar el sueño de Dios y que no despierte y deje de soñarnos?



Niebla (Miguel de Unamuno)


sábado, agosto 11, 2007

Beatles forever




Your day breaks, your mind aches

You find that all the words of kindness linger on

When she no longer needs you

She wakes up, she makes up

She takes her time and doesn't feel she has to hurry

She no longer needs you

And in her eyes you see nothing

No sign of love behind the tears

cried for no one

A love that should have lasted years

You want her, you need her

And yet you don't believe her

When she said her love is dead,

you think she needs you

And in her eyes you see nothing

No sign of love behind the tears

cried for no one

A love that should have lasted years

You stay home, she goes out

She says that long ago she knew someone

But now he's gone she doesn't need him

Your day breaks, your mind aches

There will be time when all the things she said

will fil your head

You won't forget her

And in her eyes you see nothing

No sign of love behind the tears

cried for no one

A love that should have lasted years

For No One (The Beatles)



(Gracias Marxe por la ayuda técnica)

miércoles, agosto 01, 2007

Como en el cine

Stanley Tucci y Oliver Platt (The impostors, 1998)
(Luego de fingir numerosas situaciones con el solo propósito de embaucar a sus víctimas, Maurice y Oliver sobreviven a varias "muertes" y otras tantas aventuras. En la escena final a bordo de un barco en una fiesta surje el brindis. "Por la vida" dice Maurice y Arthur le responde: "Y sus muchas muertes".)

Maurice: To life.

Arthur: And its many deaths.

lunes, julio 23, 2007

Animal racional


El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado.
Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida.

viernes, julio 13, 2007

Cheshire Cat

-Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba-.

Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?


-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.


-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.


-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.


-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.


-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato-, si caminas lo suficiente!


A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer otra pregunta:

¿Qué clase de gente vive por aquí?

-En esta dirección -dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha- vive un Sombrerero. Y en esta dirección -e hizo un gesto con la otra pata- vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.


-Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca -protestó Alicia.


-Oh, eso no lo puedes evitar -repuso el Gato-. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.

-¿Cómo sabes que yo estoy loca? -preguntó Alicia.

-Tienes que estarlo afirmó el Gato-, o no habrías venido aquí.

Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:

-¿Y cómo sabes que tú estás loco?

-Para empezar -repuso el Gato-, los perros no están locos. ¿De acuerdo?

-Supongo que sí -concedió Alicia.

-Muy bien. Pues en tal caso -siguió su razonamiento el Gato-, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.

-A eso yo le llamo ronronear, no gruñir -dijo Alicia.

-Llámalo como quieras -dijo el Gato-. ¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?

-Me gustaría mucho -dijo Alicia-, pero por ahora no me han invitado.

-Allí nos volveremos a ver -aseguró el Gato, y se desvaneció.


(Alicia en el país de las Maravillas, Lewis Carroll)


miércoles, julio 04, 2007

Adán Buenosayres

Vuel Villa (Xul Solar)

No era, ciertamente, la ya fría carnadura mortal de aquel pisador de barro lo que solicitaba el interés de los intrusos: lo esencial, a sus ojos, era el alma imperecedera de Juan Robles, el alma desprendida recién de su cascarón terrestre y lanzada ya quien sabe a que regiones oscuras. ¿A qué regiones? Para el astrólogo Shultze, iniciado en los misterios orientales, la cuestión solo tenia una respuesta, y así se lo manifestó a su amigo Tesler, con la voz grave que tan luctuosa ocasión reclamaba: si todo el que nacía en este mundo acababa de morir en algún otro, si todo el que moría en este suelo acababa de nacer en otro plano de la existencia universal, era evidente que Juan Robles, muerto ahora para la tierra, daba en aquel instante sus primeros vagidos en otro mundo, se prendía otra vez ansiosamente a un pezón maternal, era envuelto en solícitos pañales y suscitaba ya otros júbilos y otras inquietudes . ¿Bajo que forma? ¿En qué nuevas condiciones de vida? ¡He ahí el gran interrogante! Pero Samuel Tesler, hecho a una filosofía mas coloreada, repudio aquel abstracto mecanismo de nacimientos y de muertes; por otra parte, imaginar que el difunto Juan Robles estuviese ahora berreando en otro mundo, envuelto en pañales infantiles y haciéndose pis encima, era un orientalismo que reclamaba tragaderas mayores que las suyas. ¡Que le diesen a el un vistoso tribunal de almas, integrado por jueces macanudos, capaces de hurgar en una conciencia post mortem con minuciosidad y aseo! Para el filósofo villacrespense, el alma de Juan Robles había sido conducida por Anubis, el de cabeza de chacal, hasta la ineluctable balanza de los meritos y los deméritos: el corazón del finado se veía ya en uno de los platillos, y gravitaba en el otro la férrea pluma de la Ley ¿Qué hacia Thot de pie junto a una balanza? Inclinando su graciosa cabeza de ibis, Thot anotaba en una tablilla el peso justo de aquel corazón.

(Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal)

miércoles, junio 27, 2007

Soledad


Pues sí, quien debe cumplir una misión siempre está solo. Pero no estoy seguro de que esa soledad sea motivo de sufrimiento. Yo siempre he sufrido más por el contacto con las personas, por la vida social que por la verdadera soledad. Hasta cierto momento en nuestra vida, la soledad nos parece un castigo, nos sentimos como el niño al que dejan solo en un cuarto oscuro mientras los adultos conversan y se divierten en la habitación de al lado. Pero un día nosotros también nos hacemos adultos y descubrimos que, en la vida, la soledad, la verdadera, la elegida conscientemente, no es un castigo, ni siquiera es una forma enfermiza y resentida de aislamiento, sino el único estado digno del ser humano. Y entonces ya no es tan difícil soportarla. Es como vivir en un gran espacio donde siempre respiras un aire limpio.

La mujer justa, Sándor Márai.

domingo, junio 03, 2007

Presentimiento

(Autoretrato en Nueva York, Federico García Lorca)
El presentimiento
es la sonda del alma
en el misterio.
Nariz del corazón,
que explora en la tiniebla
del tiempo.

Ayer es lo marchito.
El sentimiento
y el campo funeral
del recuerdo.


Anteayer
es lo muerto.
Madriguera de ideas moribundas
de pegasos sin freno.
Malezas de memorias
y desiertos
perdidos en la niebla
de los sueños.


Nada turba los siglos
pasados.
No podemos
arrancar un suspiro
de lo viejo.
El pasado se pone
su coraza de hierro
y tapa sus oídos
con algodón del viento.
Nunca podrá arrancársele
un secreto.

Sus músculos de siglos
y su cerebro
de marchitas ideas
en feto
no darán el licor que necesita
el corazón sediento.

Pero el niño futuro
nos dirá algún secreto
cuando juegue en su cama
de luceros.
Y es fácil engañarle;
por eso,
démosle con dulzura
nuestro seno.
Que el topo silencioso
del presentimiento
nos traerá sus sonajas
cuando se esté durmiendo.

(El presentimiento, FGL)