La loba canta sobre los huesos que ha recogido. Cantar significa utilizar la voz del alma. Significa decir la verdad acerca del propio poder y la propia necesidad, infundir alma a lo que está enfermo y necesita recuperarse. Y eso se hace descendiendo a las mayores profundidades del amor y del sentimiento hasta conseguir que el deseo de relación con el Yo salvaje se desborde para poder hablar con la propia alma desde este estado de ánimo. Eso es cantar sobre los huesos. No podemos cometer el error de intentar obtener de un amante este gran sentimiento de amor, pues el esfuerzo femenino de descubrir y cantar el himno de la creación es una tarea solitaria, una tarea que se cumple en el desierto de la psique.
Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos.
Cooper: You're a scientist, Brand. Brand: So listen to me when I say love isn't something that we invented. It's observable. Powerful. It has to mean something. Cooper: Love has meaning, yes. Social utility, social bonding, child rearing... Brand: We love people who have died. Where's the social utility in that? Cooper: None. Brand: Maybe it means something more - something we can't yet understand. Maybe it's some evidence, some artifact of a higher dimension that we can't consciously perceive. I'm drawn across the universe to someone I haven't seen in a decade who I know is probably dead. Love is the one thing that we're capable of perceiving that transcends dimensions of time and space. Maybe we should trust that, even if we can't understand it. All right Cooper. Yes, the tiniest possibility of seeing Wolf again excites me. That doesn't mean I'm wrong. Cooper: Honestly, Amelia, it might.
Cooper: Sos una científica, Brand. Brand: Entonces prestá atención cuando digo que el amor no es algo que inventamos nosotros. Es observable. Es poderoso. Tiene que que significar algo. Cooper: El amor tiene sentido, si. Utilidad social, vínculo social, crianza de niños... Brand: Amamos a personas que han muerto. ¿Dónde está la utilidad social en eso? Cooper: En ningún lado. Brand: Tal vez signifique algo más -algo que no podemos comprender aún. Tal vez es alguna evidencia, algún artefacto de una dimensión mayor que no podemos percibir conscientemente. Me veo atraído a través del universo hacia alguien que no he visto en una década quien sé que probablemente esté muerto. El amor es la única cosa que podemos percibir que trasciende las dimensiones de tiempo y espacio. Tal vez deberíamos confiar en eso, incluso si no lo entendemos. Sí, la pequeñísima posibilidad de ver a Wolf me emociona. Eso no significa que esté equivocada. Cooper: Sinceramente, Amelia, debería.
Hasta ahora lo bebo en saquitos que adquirí en un local de bebidas y comidas. Es una linda costumbre que me pasó mi hermana Florencia. La taza es un regalo de Mariana. La receta -que pondré en práctica cuando pueda- es una gentileza de Claudia.
Me guardé rencor por mucho tiempo por haber renunciado a ir a la iglesia. Cuando pienso en lo que pasó después, una vela no era para tanto. Si hay tanta gente en el mundo que enciende tantas velas o lamparillas, es como para creer que debe de servir para algo y que, de vez en cuando, entre todas esas llamas que titilan tan numerosas, habrá alguna que le llame la atención a Dios;o, si no, será que encendemos esas luces para tranquilizarnos, en nuestra noche oscura humana. Pero cuando nos acordamos de los miles y miles de millones de luces que se han encendido desde los principios de la humanidad, de las oraciones y de las reverencias, podemos decirnos también que Dios, si es que existe, no espera ya nada de nosotros.
El club de los optimistas incorregibles, Jean-Michel Guenassia
domingo, enero 04, 2015
To know that one is dreaming is to be no longer perfectly asleep.But for news of the fully waking world you must go to my betters.
C.S. Lewis (The four loves)
Saber que uno esta soñando es no estar ya completamente dormido. Pero para tener noticias del mundo que está en plena vigilia tendrán que recurrir a quienes son mejores que yo.
Toco tu boca con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
"Sentada ahí, sola en un país extranjero, lejos de mi trabajo
y de toda la gente que conocía, me invadió un sentimiento. Como si recordara algo, algo
que no había conocido nunca y por lo que había estado esperando. Pero no sabía
que era. Quizás era algo que había olvidado. O algo que había echado en falta
toda mi vida. Solo puedo decir que sentí alegría y tristeza al mismo tiempo.
Pero no una gran tristeza. Porque me sentí viva. Sí. Viva."
Florentino Ariza lo escuchó sin pestañear. Luego miró por
las ventanas el círculo completo del cuadrante de la rosa náutica, el horizonte
nítido, el cielo de diciembre sin una sola nube, las aguas navegables hasta
siempre, y dijo:
-Sigamos derecho, derecho, derecho, otra vez hasta La
Dorada.
Fermina Daza se estremeció, porque reconoció la antigua voz
iluminada por la gracia del Espíritu Santo y miró al capitán: él era el
destino. Pero el capitán no la vio porque estaba anonadado por el tremendo
poder de inspiración de Florentino Ariza.
-¿Lo dice en serio?-le preguntó.
-Desde que nací-dijo Florentino Ariza-, no he dicho una sola
cosa que no sea en serio.
El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los
primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su
dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es
la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.
-¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y
venir del carajo?- le preguntó.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía
cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
Theodore: Sometimes I think I have felt everything I'm ever gonna feel. And from here on out, I'm not gonna feel anything new. Just lesser versions of what I've already felt.
(A veces pienso que ya sentí todo lo que voy a sentir de ahora en más. Y de acá en adelante no voy a sentir nada nuevo. Solo versiones menores de lo que ya he sentido.)
Samantha: The past is just a story we tell ourselves.
(El pasado es solo una historia que nos contamos a nosotros mismos)
Amy: You know what, I can over think everything and find a million ways to doubt myself. And since Charles left I've been really thinking about that part of myself and, I've just come to realize that, we're only here briefly. And while I'm here, I wanna allow myself joy. So fuck it.
(Sabés, que puedo pensarlo todo de vuelta y encontrar un millón de maneras de dudar de mi. Pero desde que Charles se fue estuve pensando realmente acerca de esa parte de mi y me di cuenta que estamos acá por un tiempo breve. Y mientras estoy acá quiero permitirme ser feliz. Así que a la mierda.)
Samantha: The heart is not like a box that gets filled up; it expands in size the more you love. I'm different from you. This doesn't make me love you any less. It actually makes me love even more.
(El corazón no es como una caja que se puede llenar hasta arriba; se expande y aumenta de tamaño cuanto más amás. Soy diferente de vos. Esto no hace que te ame menos. En realidad hace que ame aún más.)
Un cabrilleo de agua y sol en el mar, o quizá en una piscina. El cuerpo caliente y esponjoso como pan recién hecho.
Sombras en la noche, una pesadilla. Las manos de tu madre encendiendo el mundo, disolviendo los monstruos. Ordenando las cosas.
Carreras jadeantes, frenéticas risas, juegos de niñez en patios retumbantes.
Melancolía aguda de lo aún no vivido. Intuición adolescente del resto de tu vida. Deliciosa tristeza.
La carne, un tesoro. El vertiginoso misterio de los cuerpos. El amor estallando como una supernova y dejándote ciego.
Y también el desamor: un agujero.
Una noche de agosto en pleno campo, un alboroto de cigarras, una luna
llena de color naranja que parece el decorado de un teatrillo japonés,
el tiempo por una vez piadosamente detenido. La plenitud, que siempre es
sencilla.
Mirar a un amigo, mirar a tu amante y ver en sus ojos el pasado común. Contemplarte en los otros como en un espejo.
La serenidad que llega tras las lágrimas. Y también todas las risas compartidas, los momentos de juego, las carcajadas dichosas.
Todos los libros leídos, las músicas gozadas, los besos recibidos. Y
una conversación una tarde de invierno comiendo chocolate frente a la
chimenea.
La alegría de vivir. Y la fugaz y espléndida belleza.
Una noche de angustia. Intuición de la muerte. Una mano en la tuya. La cama es una balsa en mitad del naufragio.
Una novela leída al lado del lecho de un enfermo mientras llueve.
Torbellinos de polvo en un rayo de sol, un universo ínfimo.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas
de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.