sábado, noviembre 17, 2007

Ideales

Blogueando por ahí me detuve a pensar, merced a los comentarios de un bloguero vecino, en el tema de la idealización. Considero que soy una persona idealista en el peor de los sentidos. Yo no quiero a la gente, yo la adoro. Yo no tengo temor, yo me angustio estrepitosamente. Yo no siento indiferencia jamás, detesto y odio apasionadamente. Muchas veces el destinatario de la adoración-odio es el mismo. Los que me conocen se ríen, lo aceptan con cierto disgusto y siguen su camino. Los que no, se sorprenden, se marean y terminan huyendo despavoridos. Entre una cosa y otra está el asunto de los ídolos. Aquellos adorados que adornados de las mejores virtudes se me asemejan perfectos o en un mal día, lo peor de lo peor. Mi hermano, mi hermana, un amigo y aquellos que perdí para siempre.

Tal vez la cuestión no sean las idealizaciones sino los extremos. Desequilibrada busco el equilibrio constantemente en vaivén incansable sacudida por ansiedades, paranoias, egoísmos y egolatrías. Y en el camino siempre el cogito antes del sum. El to be or not to be que termina atascado en el eterno or oooooooooooooooooooo y la nada.

Mi tío y mi tía son un matrimonio de ocho hijos. Siguen juntos después de más de cuarenta años y se aman con la misma devoción con que se pelean. Mi tía es una persona idealista. Los que la conocemos sabemos que es exagerada. Sus hijos son escritores, poetas, deportistas, filósofos y siempre los mejores en su campo. Hizo bien su labor. No hay quien frene a mi prima una vez que se propone lograr un objetivo. Tiene un "yo" fuerte y bien estructurado.

Recuerdo una anécdota de estos tíos adorables.Estábamos en el sur en una playa junto a un lago. De repente ella - Rita- señala un ave y le dice a mi tío -Carlos- : "Mirá un albatros!". Calmo el, impasible aunque no sin cierta irritación, le responde: "Vieja no es un albatros. Es una gaviota." Pausa y agrega: "Eso es lo lindo de vos, todo lo embellecés". Las palabras quedaron grabadas desde entonces y de ahí en más vi a mi tía de ese modo, como la persona que todo lo embellece al engrandecerlo fuera de toda proporción.

Quizás en definitiva la idealización se trate de eso. El proceso banal de embellecer lo ordinario para así amarlo, adorarlo y venerarlo. Porque transformar lo feo en bello, lo malicioso en pícara bondad, las pequeñas alegrías cotidianas en instantes eternos de felicidad que compensen todo sufrimiento pasado, puede ser el remedio a lo insoportable que a veces resulta saberse vivo, lleno de limitaciones.

Hoy hace exactamente diez años perdía al ser que más amé en esta tierra. Ella nunca me decía "Te quiero". Ella decía "Te adoro". Y daba los abrazos más inmensos y completos que un alma atribulada pudiera desear. Ella se fue pero dejó su herencia en mi corazón. Una pila de defectos y la completa ausencia de la virtud que nunca me pudo transmitir pero que siempré intentó hacerme practicar: La templanza.

domingo, noviembre 04, 2007

Como en el cine (II)

Cameron Díaz y Toni Colette (In her shoes, 2005)

Poema que lee el personaje de Cameron Díaz -Maggie- en una escena de la película:

The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.
---Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.


(One Art, Elizabeth Bishop)

No es difícil dominar el arte de perder;
tantas cosas parecen rebosar
del deseode ser perdidas
que su pérdida no es un desastre.
Pierde algo cada día.
Acepta la irritaciónde las llaves extraviadas,
la hora malgastada.
No es difícil dominar el arte de perder.
Practica después perdiendo más, y más rápido:
lugares, y nombres, y los sitios a los que quisiste viajar.
Ninguna de estas pérdidas será un desastre.
He perdido el reloj de mi madre. ¡Y mira!,
la última o la penúltima de las tres casas que he amado se perdió.
No es difícil dominar el arte de perder.
He perdido dos ciudades preciosas.
Y más aún:algunos reinos que poseía, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.
Incluso perdiéndote a ti (la voz risueña, un gesto que amo)
no habré mentido.
Es evidente que no es demasiado difícil
dominar el arte de perder
aunque parezca (¡escríbelo!) parezca un desastre.
Traducción de Berna Wang

jueves, noviembre 01, 2007

Solo proporciones...


“I could be bounded in a nutshell and count myself a king of infinite space.”—
(Podría estar confinado en una cáscara de nuez y ser el rey del espacio infinito)
William Shakespeare, Hamlet, Act II, Scene 2


"To see a World in a Grain of Sand
And a Heaven in a Wild Flower,
Hold Infinity in the palm of your hand
And Eternity in an hour."

(Ver un Mundo en un grano de arena
Y el cielo en una flor salvaje,
Abarcar el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora)
William Blake