domingo, julio 26, 2009

Progresión

El genio de Shakespeare, Anónimo
KING: Now, Hamlet, where's Polonius?
HAMLET: At supper.

KING: At supper! where?

HAMLET: Not where he eats, but where he is eaten: a certain convocation of politic worms are e'en at him. Your worm is your only emperor for diet: we fat all creatures else to fat us, and we fat ourselves for maggots: your fat king and your lean beggar is but variable service, two dishes, but to one table: that's the end.
KING: Alas, alas!

HAMLET: A man may fish with the worm that hath eat of a king, and eat of the fish that hath fed of that worm.
KING: What dost thou mean by this?
HAMLET: Nothing but to show you how a king may go a progress through the guts of a beggar.



(CLAUDIO.- Y bien, Hamlet, ¿en dónde está Polonio?
HAMLET.- Ha ido a cenar.
CLAUDIO.- ¿A cenar? ¿Adónde?
HAMLET.- No adónde come, sino adónde es comido, entre una numerosa congregación de gusanos. El gusano es el Monarca supremo de todos los comedores. Nosotros engordamos a los demás animales para engordarnos, y engordamos para el gusanillo, que nos come después. El Rey gordo y el mendigo flaco son dos platos diferentes; pero se sirven a una misma mesa. En esto para todo.
CLAUDIO.- ¡Ah!
HAMLET.- Tal vez un hombre puede pescar con el gusano que ha comido a un Rey, y comerse después el pez que se alimentó de aquel gusano.
CLAUDIO.- ¿Y qué quieres decir con eso?
HAMLET.- Nada más que manifestar, cómo un Rey puede pasar progresivamente a las tripas de un mendigo.)

Hamlet, William Shakespeare

lunes, julio 20, 2009

Tarea mágica

Escher, Relatividad, 1953.
La noche nos impone su tarea
mágica. Destejer el universo,
las ramificaciones infinitas
de efectos y de causas, que se pierden
en ese vértigo sin fondo, el tiempo.
La noche quiere que esta noche olvides
tu nombre, tus mayores y tu sangre,
cada palabra humana y cada lágrima,
lo que pudo enseñarte la vigilia,
el ilusorio punto de los geómetras,
la línea, el plano, el cubo, la pirámide,
el cilindro, la esfera, el mar, las olas,
tu mejilla en la almohada, la frescura
de la sábana nueva, los jardines,
los imperios, los Césares y Shakespeare
y lo que es más difícil, lo que amas.
Curiosamente, una pastilla puede
borrar el cosmos y erigir el caos.
Jorge Luis Borges, El sueño (La cifra)

lunes, julio 13, 2009

Lenguaje y cultura


Y precisamente porque se opone al lenguaje, la cul­tura contemporánea destruye el silencio, que es la con­dición primera y fundamental de la palabra genuina, la que viene de lo necesario y lo íntimo y no es simple re­sorte de respuesta mecánica. Una tecnología que es capaz de colocar un hombre en la luna pero que no alcanza a inventar silenciadores para las aspiradoras o para las cortadoras de pasto representa una cultura que detesta tanto el silencio como el diálogo vivificante y tranquilo que del silencio emana, y se encamina categó­ricamente a destruirlos. Lo vociferante de nuestras ciu­dades, los decibeles de una música deleznable que de continuo aturde y ensordece, desafiando e impidiendo toda forma de comunicación, son modos patentes de una violencia cada vez más invasora que sólo se sacia con la obstrucción de la conciencia, en particular de la conciencia que se alimenta de los poderes del diálogo sosegadamente nacido en el silencio.
La palabra amenazada, Ivonne Bordelois.

jueves, julio 02, 2009

Sueño y pesadilla

John Anster Fitzgerald, The stuff that dreams are made of
Podemos derivar dos conclusiones, al menos durante el transcurso de esta noche; ya después cambiará nuestra opinión. La primera es que los sueños son una obra estética, quizás la expresión estética más antigua. Toma una forma extrañamente dramática, ya que somos, como dijo Addison, el teatro, el espectador, los actores, la fábula. La segunda se refiere al horror de la pesadilla. Nuestra vigilia abunda en momentos terribles: todos sabemos que hay momentos en que nos abruma la realidad. Ha muerto una persona querida, una persona querida nos ha dejado, son tantos los motivos de tristeza, de desesperación…Sin embargo, esos motivos no se parecen a la pesadilla; la pesadilla tiene un horror peculiar y ese horror peculiar puede expresarse mediante cualquier fábula. Puede expresarse mediante el beduino que también es Don Quijote en Wordsworth; mediante las tijeras y las hilachas, mediante mi sueño del rey, mediante las pesadillas famosas de Poe. Pero hay algo: es el sabor de la pesadilla. En los tratados que he consultado no se habla de ese horror.
Aquí tendríamos la posibilidad de una interpretación teológica, lo que vendría a estar de acuerdo con la etimología. Tomo cualquiera de las palabras: digamos, incubus, latina, o nightmare, sajona, o Alp, alemana. Todas sugieren algo sobrenatural. Pues bien. ¿Y si las pesadillas fueran estrictamente sobrenaturales? ¿Si las pesadillas fueran grietas del infierno? ¿Si en las pesadillas estuviéramos literalmente en el infierno? ¿Por qué no? Todo es tan raro que aun eso es posible.
Jorge Luis Borges, La pesadilla (Siete Noches)