Ser ombligo del universo señores no es una vocaciòn fácil. No. Por empezar deberìa una remontarse a los orígenes del ombligo y -cuando no- llegar inevitablemente al tema del cordòn umbilical. De ahì a la madre y el complejo narcisista solo hay que dar un pequeño salto. Se toma uno del cordòn, afirma una mano y despuès otra, y asciende lentamente por el sinnúmero de motivos que la llevan a una sentirse ombligo del universo. Una deberìa haber cortado ese cordòn molesto hace rato. Una deberìa haber abandonado esos objetos transicionales a su tiempo. Pero los tiempos de Dios no son los tiempos de los hombres dicen los piadosos.
(ACTO PRIMERO)
"-Pasale la tijera" bromeó un dìa en la mesa mi madre a mi padre cuando pasados los veinticinco seguía una aferrada a cuatro manos al ala proctectora, càlida y tierna de mi mamá. La tijera llegò. La de las parcas que nunca tuvieron sentido de la oportunidad. Y el cordòn en vez de deshacerse con lentitud y naturalidad, quedò anudado trabado y atragantado en mitad de la vida.
Como decìa ser ombligo no es facil. Cuando todo lo malo sucede por culpa de una. Cuando todos y cada uno de los ojos estàn clavados en una para juzgarla, examinarla, criticarla y finalmente rechazarla, ser ombligo del universo se transforma en una tortura china. Si algo malo puede suceder sucederà por el solo hecho de que el ombligo contempló, acaso se deleito y seguro se obsesionò con la posibilidad de lo nefasto. La tragedia y el drama, si han de tener lugar, acaeceràn inevitables sobre la tierra y superficie del ombligo del universo que por si no lo dije es color naranja.
(ACTO SEGUNDO)
Visto asi uno se pregunta por que tanta insistencia en la cuestiòn. Sucede que en las tardes verborràgicas y ansiosas del domingo por la noche, estas cuestiones cobran importancia capital, aumentan de tamaño, se agrandan hasta cubrir con su sombra al ombligo. Entonces el ombligo reflexiona en cìrculos como es costumbre suya. Y concluye que ser pelusa, polvo y humo puede ser mejor destino que ser un redondo, anaranjado, molesto y obsesivo ombligo del universo.
(ACTO TERCERO Y ÚLTIMO)
6 comentarios:
Loviú, dramacuín!
"Diferenciar lo que nos gusta de lo que nos disgusta es la enfermedad de la mente".
Maestro Seung Sahn, que siempre se estaba riendo y con el que aprendí budismo mahayana, hinayana y finalmente zen. Hurra por él.
yo también te quiero gran cacique charrúa,
luiso gracias por pasar siempre, si tengo oportunidad te envío una copia de la traducción del jefe velasco, la foto la eliminé porque no tiene sentido volver sobre el pasado de manera tan estéril,
besos
Gracias a tí, pecas de mi corazón!!
Historieta zen:
Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno dijo
-“La bandera se está moviendo”.
El otro dijo,
-No, es el viento el que hace que se mueva”.
Sucedió que el sexto patriarca, Zenón, pasaba justamente por ahí y les dijo:
-"Ni el viento se mueve ni la bandera se mueve. Es vuestra mente la que se mueve."
pues me encantó la historieta zen.
¿tenés blog-bitácora?
Se puede leer?
ay, no, pecas! no tengo eso que dices. Apenas entro en internet ahora, y las veces que entro es para buscar algún libro o algo relacionado con mi bicicleta y ver tu blog, algo sentimental you know. Me alegro que te gustase. El zen considera a la mente la gran manipuladora y nuestro sufrimiento y logra que las cosas no pasen por su filtro mediante la meditación, las historietas (koan) y tambien el humor. Chau!
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