domingo, febrero 22, 2009

Río

Para Arturo Prins, que hace muchos años me regaló con gran entusiasmo este hermoso libro.
Río Ganges, India

¿No terminará extraviándose definitivamente en el sansara?
Una sonrisa radiante iluminó la cara del barquero, que tocó suavemente el brazo de Siddharta y le dijo:
-¡Pregúntaselo al río amigo! ¡Escúchalo reírse! ¿De verdad crees que tu cometiste esas locuras para ahorrárselas a tu hijo? ¿Podrías acaso protegerlo del sansara? ¿Cómo? ¿Por la doctrina, por la oración, con amonestaciones? Amigo querido, ¿has olvidado ya la historia aquella, la edificante historia de Siddharta, el hijo del brahmán, que una vez me contaste en este mismo sitio? ¿Quién protegió al samana Siddharta del sansara, del pecado, de la avidez y la estulticia? ¿Pudieron acaso protegerlo la piedad de su padre, las exhortaciones de sus maestros, sus propios conocimientos, su propia búsqueda? ¿Qué padre o qué maestro hubieran podido impedirle vivir su propia vida, mancillarse al contacto con ella, cargar sobre sí su propia culpa, apurar sin ayuda el amargo brebaje, encontrar por sí mismo su camino? ¿Crees tú, querido amigo, que este camino pueda serle ahorrado a alguien? ¿Quizás a tu hijito, porque tu lo amas y quisieras evitarle, penas, dolores y desilusiones? Sin embargo, aunque murieras diez veces por él, no logarías apartarle ni un milímetro de su destino.

(Siddharta, Herman Hesse)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

it's beutiful!
viva cataneda...

Anónimo dijo...

viva castaneda...