(...) Anduvimos buscando mucho tiempo la puerta de entrada de las matemáticas psicológicas. No la encontramos. Cécile, que tan convencida estaba de aquel sistema, se había llevado un chasco. La consolé como pude. Nunca se me dio bien consolar. La psicología no tiene nada que ver con las matemáticas ni tampoco con la fe que mueve montañas. Según Cécile lo mío era un bloqueo de orden psicoanalítico.
-Debes tener algún problema con tu padre, ¿no?
-Nos llevamos bien.
-Las matemáticas son la autoridad. Cuando se tiene un bloqueo en matemáticas, quiere decir que se tiene un problema con el padre y con la autoridad.
Me quedé pensativo, intentando imbuirme de la hondura de ese razonamiento. Cuanto más lo pensaba, menos claro lo veía.
-En casa, la autoridad es más bien mi madre.
-¿Quieres decir que es la que lleva los pantalones?
-Mi padre no es autoritario. Mi madre lleva las riendas y a mi padre le importa un bledo. Al contrario, para él lo importante en la vida es disfrutar. Cuenta chistes, sonríe y vende lo que quiere. Si eso que dices es cierto, yo no debería tener problemas con las matemáticas.
El club de los optimistas incorregibles, Jean-Michel Guenassia.
3 comentarios:
Jajaja, pues a mí sí que me queda bien el saco. No sólo por aquello de la poca facilidad para las matemáticas, sino por mi eterno conflicto con la autoridad. Pero, pensándolo bien, siempre me llevé bien con mi padre.
Quizás no sea tan cierta la teoría. O ya no lo tengo claro de nuevo.
Muchos besos desde México.
jajaja, si quien sabe...cogito ergo sum, no era así? La duda cartesiana? O ya me olvidé también.
Recibidos los besos de México, vuelen desde Argentina otros tantos.
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