Todo esto me angustia, pero no debo estar triste, no debo, que la tristeza no vaya unida a mi nombre, esa frase de Fucik es mi consigna, ni cuando lo torturaron, ni en la horca, Fucik nunca estuvo triste, y no me importa que la alegría haya pasado de moda, a lo mejor soy una idiota, pero los otros también son unos idiotas, con esa moda suya del escepticismo, no tengo ningún motivo para cambiar mi idiotez por la de ellos, no quiero que mi vida se parta por la mitad, quiero que sea una sola vida, una sola desde el principio hasta el final, y por eso me gusta tanto Ludvik, porque cuando estoy con él no tengo que cambiar mis ideales ni mis gustos, es una persona corriente,sencilla, alegre, clara, y eso es lo que yo amo, lo que siempre he amado.
Milan Kundera, La Broma.
4 comentarios:
¿Pero quién hay sencillo, claro, alegre? Enséñamelo. Sólo veo dolor cuando profundizas un poco, en cualquier charla, si es en profundidad. Ahora bien, que si lo quiere uno es pasar por la vida de puntillas. En fin, a veces me da corte al poner estas notas que van un poco en contra, pero bueno. Es lo que pienso.
De cualquier modo: ¡Fuerzas pa´ vivir, pecas! :)
Escucho en una canción: "sacando corazón a un día gris"
Pero Luiso por favor, adelante, el disesnso es bienvenido. No digo que haya que ir por la vida de puntillas ignorando el dolor o evitando las profundidades, pero a veces, no sé...encuentro que se insiste demasiado en lo negro, yo la primera. Por algún motivo esta frase de este libro me quedó dando vueltas y sentí deseos de compartirla.
Gracias por pasar y comentar.
Bueno, gracias las de las Ignacias.
Sí, sí, pero por supuesto que sí, principita. Es cierto que la nota fúnebre, negra, es la que uno siempre toca. Y se produce una dialectica en la cabeza en contra. Un rollo.
Hay una cosa en el zen que es absolutamente preciosa. Dice: "No construyas una mente sobre tu mente". Esto es más frecuente de lo que creemos. Creo que la mente nos domina para mal, por lo menos el zen dice así. Y yo lo creo. Ya hablamos de esto, tenemos experiencia en esto, no diré más.
Muchas veces, sobreinterpretamos algo que solo está en nuestra cabeza con respecto a nosotros mismos, con respecto a los demás (¿cuál de las dos será la malinterpretación más triste? :(
Y luego, al acercarnos a la realidad, comprobamos avergonzados (no compartimos esto con nadie) que hemos sido muy tontos, que hemos estado muy equivocados. No hay que construir una mente sobre la nuestra. Y las personas que tenemos una cierta hipersensibilidad hacia las ficciones, hacia el mundo mental estamos más contaminados aún que las personas que no tienen una relación tan dependiente como nosotros con la belleza, la sensibilidad, o el arte. Y es más difícil. Esto es lo que opino.
Yo he intentado, a mi manera, gracias al zen, desprender, reirme algo de esa mente que me asfixiaba, que me contaminaba y no me dejaba ver las cosas como son. Ahora soy más consciente. He descubierto mi principal defecto, que era un ego monstruoso. Dice Buda: "Quiérete a ti mismo. Y luego observa". Es el comienzo de un sutra muy conocido. ¡Que difícil quererse a uno mismo!
Ya lo creo que es difícil. Pero en eso estamos.
Saludos.
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