Nuestra vida, como estos diálogos, y como todas las cosas, ha sido prefijada. También los temas a los que nos hemos acercado.
Con el correr de la conversación he advertido que el diálogo es un género literario, una forma indirecta de escribir.
El deber de todas las cosas es ser una felicidad; si no son una felicidad son inútiles o perjudiciales. A esta altura de mi vida siento estos diálogos como una felicidad.
Las polémicas son inútiles, estar de antemano de un lado o del otro es un error, sobre todo si se oye la conversación como una polémica, si se la ve como un juego en el cual alguien gana y alguien pierde. El diálogo tiene que ser una investigación y poco importa que la verdad salga de boca de uno o de boca de otro. Yo he tratado de pensar, al conversar, que es indiferente que yo tenga razón o que tenga razón usted; lo importante es llegar a una conclusión, y de qué lado de la mesa llega eso, o de qué boca, o de qué rostro, o desde qué nombre, es lo de menos.
Jorge Luis Borges, Borges en diálogo.
4 comentarios:
Excelente texto. Estoy tentado de ponerlo en cierto foro que conocemos...
Besos.
Pero adelante mi estimado!
Hágame el honor se lo pido por favor.
Besos.
Clap, Clap!
Vero, me alegro que te guste también.
besos
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