miércoles, febrero 17, 2010

Wakefield

                                            Wheat Harvest, Kamouraska, Quebec, Patricia  Eyre

-¡Wakefield, Wakefield, estás loco!

Quizás lo estaba. De tal modo debía de haberse amoldado a la singularidad de su situación que, examinándolo con referencia a sus semejantes y a las tareas de la vida, no se podría afirmar que estuviera en su sano juicio. Se las había ingeniado (o, más bien, las cosas habían venido a parar en esto) para separarse del mundo, hacerse humo, renunciar a su sitio y privilegios entre los vivos, sin que fuera admitido entre los muertos. La vida de un ermitaño no tiene paralelo con la suya. Seguía inmerso en el tráfago de la ciudad como en los viejos tiempos, pero las multitudes pasaban de largo sin advertirlo. Se encontraba -digámoslo en sentido figurado- a todas horas junto a su mujer y al pie del fuego, y sin embargo nunca podía sentir la tibieza del uno ni el amor de la otra. El insólito destino de Wakefield fue el de conservar la cuota original de afectos humanos y verse todavía involucrado en los intereses de los hombres, mientras que había perdido su respectiva influencia sobre unos y otros. Sería un ejercicio muy curioso determinar los efectos de tales circunstancias sobre su corazón y su intelecto, tanto por separado como al unísono. No obstante, cambiado como estaba, rara vez era consciente de ello y más bien se consideraba el mismo de siempre. En verdad, a veces lo asaltaban vislumbres de la realidad, pero sólo por momentos. Y aun así, insistía en decir "pronto regresaré", sin darse cuenta de que había pasado veinte años diciéndose lo mismo.

Wakefield, Nathaniel Hawthorne.

Wakefield,Cuento Completo

lunes, febrero 01, 2010

A un joven poeta


                                                   The Valkyrie's Vigil, Edward Robert Hughes.


Las obras de arte viven en medio de una soledad infinita, y a nada son menos accesibles como a la crítica. Sólo el amor alcanza a comprenderlas y hacerlas suyas: sólo él puede ser justo para con ellas. Dese siempre la razón a sí mismo y a su propio sentir, frente a todas esas discusiones, glosas o introducciones. Si luego resulta que no está en lo cierto, ya se encargará el natural desarrollo de su vida interna de llevarle paulatinamente y con el tiempo hacia otros criterios.

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En cuanto usted piense en su propia infancia, volverá a vivir entre ellos, entre los niños solitarios. Y entonces las personas mayores ya no significarán nada, ni tendrá valor alguno toda su dignidad.

Si le angustia y le tortura el pensar en la infancia, en la sencillez y quietud que con ella van enlazadas -porque usted ya no sabe creer en Dios, que está presente en todo ello-, pregúntese entonces a sí mismo, querido amigo, si es que de veras ha perdido a Dios. ¿No será más cierto que nunca lo ha poseído aún? Pues ¿cuándo habría podido ser? ¿Cree usted que un niño pueda tenerle a Él, a quien sólo con gran esfuerzo logran llevar los que ya son hombres, y cuyo peso doblega a los ancianos? ¿Cree usted que si alguien lo poseyera de verdad, podría jamás perderle como se pierde una piedrecita? ¿No le parece mas bien, como a mí, que quien lo poseyese, ya sólo podría ser perdido por Él?

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La mujer, en su propio desenvolvimiento más reciente, sólo por algún tiempo y de modo pasajero imitará los hábitos y modales masculinos, buenos y malos, ejerciendo a su vez las profesiones generalmente reservadas al hombre. Tras la incertidumbre de tales etapas transitorias, quedará de manifiesto que si las mujeres han pasado por la gran variedad y la continua mudanza de esos disfraces a menudo risibles, fue tan sólo para poder depurar su modo de ser peculiarísimo, y limpiarlo de las influencias deformadoras del otro sexo. Por cierto, las mujeres, en quienes la vida se detiene, permanece y mora de una manera más inmediata, más fecunda, más confiada, deben de haberse hecho seres más maduros y más humanos que el hombre. Éste, además de liviano -por no obligarlo el peso de ningún fruto de sus entrañas a descender bajo la superficie de la vida- es también engreído, presuroso, atropellado, y menosprecia en realidad lo que cree amar... Esta más honda humanidad de la mujer, consumada entre sufrimientos y humillaciones, saldrá a la luz y llegará a resplandecer cuando en las mudanzas y transformaciones de su condición externa se haya desprendido y librado de los convencionalismos añejos a lo meramente femenino. Los hombres, que no presienten aún su advenimiento, quedarán sorprendidos y vencidos. Llegará un día que indudables signos precursores anuncian ya de modo elocuente y brillante, sobre todo en los países nórdicos, en que aparecerá la mujer cuyo nombre ya no significará sólo algo opuesto al hombre, sino algo propio, independiente. Nada que haga pensar en complemento ni en límite, sino tan sólo en vida y en ser: el Humano femenino...

Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke

Cartas a un joven poeta, completas

viernes, enero 15, 2010

Siempre el Sur


La Patria es un dolor que nuestros ojos no aprenden a llorar, Leopoldo Marechal.

lunes, enero 04, 2010

Madrugada

De la muerte pequeña de cada noche
Nacen puras las cosas, ¡oh madrugada!
Por tus colores claros y tu viento ágil
Que dispersa el embrujo de la Vía Láctea.

Contigo todo tiene aire de nacimiento.
Hasta el fuego y la tierra, hasta el polvo y el mar,
Son como recién hechos en prodigio vivo
De tu claridad.

Bajo tu signo no se sueña, madrugada.
Espolea el deseo de moverse y cantar
De seguir un camino con la boca encendida
Por una copla rítmica o un tarareo fugaz
E internarse de nuevo en la esperanza
Con las pupilas llenas de calidez solar.

Dar la espalda a la tarde y a la noche,
Y nunca más volver a soñar.

Juana de Ibarbourou

miércoles, diciembre 23, 2009

Joyeux Noël

Buon Natale

Frohe Weihnachten

聖誕快樂

Merry Christmas

gleðileg jól

メリークリスマス

С Рождеством

nollaig shona

krismasi njema

Feliz Navidad

martes, diciembre 08, 2009

Como en el cine IX

Joseph Gordon- Levitt, Zooey Deschanel (500 Days of Summer, Marc Webb, 2009)


Tom: People don't realize this, but loneliness is underrated.
(Tom: La gente no se da cuenta de esto pero la soledad está subestimada.)


***

Tom: What happens when you fall in love?
Summer: You believe in that?
Tom: It's love, it's not Santa Claus.

(Tom: ¿Qué pasa cuando te enamorás?
Summer: ¿Vos crees en eso?
Tom: Es amor no Papá Noel.)

***

Paul: Robin is better than the girl of my dreams. She's real
(Paul: Robin es mejor que la chica de mis sueños. Es real.)

sábado, noviembre 21, 2009

Murakami/Renoir

(The skiff, Pierre Auguste Renoir)
-Entonces, ¿qué quiere usted de mi una vez que esté yo de vuelta?
-Quiero una sola cosa- responde la señora Saeki. Alza los ojos, me mira de frente-. Quiero que te acuerdes de mí. Si tú me recuerdas, no me importará que el resto del mundo me olvide.
El silencio se abate sobre nosotros. Un silencio profundo. Dentro de mi pecho crece una pregunta. Tan enorme que me obstruye la garganta y me corta la respiración. Pero consigo tragármela.
Le pregunto otra cosa:
-¿Tan importantes son los recuerdos?
-Depende- dice ella. Cierra los ojos con desmayo-. A veces no hay nada tan importante como los recuerdos.
***
-Tú no entiendes nada de nada. Una revelación es así- dijo el Colonel Sanders haciendo chasquear la lengua-. Una revelación trasciende los límites de lo cotidiano. Y una vida sin revelaciones no es vida. Lo importante es pasar de una razón que solo observa a una razón que actúa. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo, pedazo de alcornoque?
(Kafka en la Orilla, Haruki Murakami)
Me dije: "El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esa tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso."
(Tokio Blues, Haruki Murakami)
(Oarsmen at Chatou, Pierre Auguste Renoir)

domingo, noviembre 08, 2009

Proverbios Japoneses

Bauerngarten, Gustav Klimt

Au wa wakaré no hajimé.
El encuentro es sólo el comienzo de la separación.


Jigoku Gokuraku wa kokoro ni ari.
Cielo e infierno están en los corazones de los hombres.


Kuchi wa wazawai no kado.
La boca es la puerta principal de toda desventura.


Néta ma ga Gokuraku.
El intervalo del sueño es el Paraíso.


Raku wa ku no tané; ku wa raku no tané.
El placer es la semilla del dolor; el dolor es la semilla del placer.


Kokoro no shi to wa maré; kokoro wo shi to sezaré.
Sé el maestro de tu corazón; no permitas que tu corazón sea tu maestro.


Shindaréba, koso ikitaré.
Sólo habiendo muerto, entra uno en la vida.


Kwaho wa, nété maté.
Si deseas buena suerte, duerme y espera.


Kori wo chiribamé; midzu ni égaku.
Incrustar hielo; pintar sobre el agua.


(En el Japón Espectral, Lafcadio Hearn)

miércoles, octubre 14, 2009

Pausa

Sunset, foto de Horacito
Dulce equilibrio de amapola y viento,
De sol y tierra en cautelosa tarde.
La brasa de la luz apenas arde.
La brisa es sólo tierno movimiento.
***
El trueno de la sangre, sigiloso,
Refleja su memoria de tormenta
El ojo de la lágrima sedienta
Paz da hoy a sus sales sin reposo.
***
Días vendrán de vértigo y centella,
Pero ahora es el reino de la estrella,
En esta paz azul, sin disciplina
***
De mapas, calendarios y relojes.
Colmadas de oro están íntimas trojes.
Puedo servirte un sueño, golondrina.
Pausa, Juana de Ibarbourou

martes, septiembre 29, 2009

viernes, septiembre 18, 2009

Meter los dedos en el enchufe



Pero, ¿le queda algún registro físico a la hora de evocar los personajes que hizo?

Lo que te queda son ejercicios de humillación... Con esos grandes textos, uno sabe que no va a llegar nunca. Lo que te queda es el recuerdo de cuánto te humillaste, de cómo no se te ocurrió en aquel momento hacer tal o cual cosa. Son cosas tan vivas... ¿Qué te queda, con el tiempo, de una persona con la que tuviste una gran intimidad? Te queda su impulso de vida... No sé si me explico. Y estas obras son como meter el dedo en el enchufe, donde siempre se tiene la sensación de que se trata de un lugar más vivo que uno. Vos y yo nos vamos a morir y no se va a acordar nadie. En cambio, dentro de quinientos años, mientras haya un mundo más o menos parecido al que vivimos, Hamlet o cualquiera de esos grandes personajes, se van seguir haciendo. Son textos que te enfrentan con un hecho vivo...

Esa es la humillación, entonces, el no poder llegar nunca.


Claro. Y creo que al público también le pasa lo mismo, por eso cada época agarra a Shakespeare y lo reinterpreta de acuerdo con lo que está pasando en el momento. Rey Lear es una obra que parece escrita hoy, con una modernidad, inclusive por la ruptura de situaciones... En la escena final, la más trágica, de pronto, al autor se le ocurre poner que el personaje diga: "Señor, por favor, ¿me podría desabrochar este botón?" ¿Cómo llegás, como actor, a hacer eso bien? Bien es un calificativo. Vivo, quiero decir. Tan vivo como cuando lo leés y ahhh... Cuando lo querés hacer, lo que te sale son como nostalgias de algo... En una función decís "ojalá salga algo que se parezca al sonido que me produjo la primera vez que lo leí, antes de lo intelectual". Como cuando ves algo o a alguien por primera vez. Eso es lo que te alimenta de estas obras: la sensación de encontrarte con algo que está mucho más vivo que vos, que es más rico que vos en vida, que está lleno de misterios y de revelaciones y de caminos, que no hay mapa que te sirva. Y en cuanto creés que tenés es un mapa es porque llegaste a tu límite de búsqueda. Y el que busca poco, encuentra rápido, claro...
Nota completa:

martes, septiembre 01, 2009

Instrucciones


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Instrucciones para llorar, Julio Cortázar.

domingo, agosto 23, 2009

El corazón de las tinieblas



No, no me gusta el trabajo. Prefiero ser perezoso y pensar en las bellas cosas que pueden hacerse. No me gusta el trabajo, a ningún hombre le gusta, pero me gusta lo que hay en el trabajo, la ocasión de encontrarse a sí mismo. La propia realidad, eso que sólo uno conoce y no los demás, que ningún otro hombre puede conocer.

***
La mente del hombre es capaz de todo, porque todo está en ella, tanto el pasado como el futuro. ¿Qué había allí, después de todo? Alegría, miedo, tristeza, devoción, valor, cólera...¿Quién podía saberlo?... Pero había una verdad, una verdad desnuda de la capa del tiempo.

***
El destino. ¡Mi destino! ¡Es curiosa la vida...ese misterioso arreglo de lógica implacable con propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo...que llega demasiado tarde...una cosecha de inextinguibles remordimientos.

El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad.

miércoles, agosto 12, 2009

Circularidad

Arnaldo Pomodoro, Sphere in Sphere, Dublín


¿Lo ves?, las palabras siempre se repiten. Cuando estuviste aquí por última vez, en el mismo sitio, en el mismo sillón, hace ahora cuarenta y un años, también hablabas de lo mismo: del trópico, de los cenagales, de la bruma cálida y de la lluvia. Y hace un rato, cuando entraste en esta casa, tus primeras palabras fueron sobre los cenagales, el trópico, la lluvia y la bruma ardiente. Si, las palabras vuelven. Todo vuelve, las cosas y las palabras avanzan en círculo, a veces atraviesan el mundo entero, siempre en círculo, y luego se vuelven a encontrar, se tocan y cierran algo -dice, impasible e indiferente-.


El último encuentro, Sándor Márai

lunes, agosto 03, 2009

Romance de la luna, luna

8 de julio de 2009, Luna llena, foto de Horacito.

La luna vino a la fragua
con su polizón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye, luna, luna, luna,
que ya siento los caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

Federico García Lorca